Edurne PORTELA, Mejor la ausencia

March 15, 2021
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Edurne PORTELA, Mejor la ausencia, Galaxia Gutenberg, 2016

Antes de publicar Mejor laausencia, Edurne Portela (Santurce, 1974) había escrito un ensayo Eleco de los disparos. Cultura y memoria de la Violencia, Galaxia Gutenberg, 2016.

Este «ensayo», por factura muyliteraria, dejaba augurar la aparición de una obra de ficción.

 

Si el problema deETA, cuyo nombre nunca se cita, está presente como telón de fondo, no es eltema principal de la novela al menos para un lector extranjero, aunque unlector vasco hará necesariamente una lectura diferente.


Amaia, la narradora protagonista, podría habernacido en cualquier familia europea durante la Segunda Guerra Mundial, familiacuyos miembros le habrían disimulado que su padre era un colaborador o unresistente.
La novela está concebida como una ficción autobiográficay se divide en dos partes: 1979-1992 y El Regreso (2009)

La primera parte se puede leercomo una novela de aprendizaje. Amaia Gorostiaga tiene cinco años en 1979 cuando comienza su historia de la que es la narradora. Cuenta en primera persona su vida cotidiana hasta susalida de la infancia en 1992.

Amaia es la menor de cuatrohermanos, de los cuales tres son niños: Anibal, el hermano mayor, su protector,Kepa, el rebelde y Aitor, el intelectual. Al principio, sus relaciones sedividen entre juegos y peleas.
Amaia es una niña traviesa, fisgona, preguntona,demasiado a los ojos de su familia, que le reprocha escuchar las conversacionesde los mayores, como lo hacen la mayoría de los niños y que no entiende por quéno se le responde.

A medida que crece, poco a pocose da cuenta de que algo anda mal en su familia, que si no responden a suspreguntas, no es porque sea demasiado pequeña como lo justifica su hermanomayor, será porque le ocultan cosas.

Se pregunta sobre las ausenciasde su padre, en viaje según unos, para arreglar asuntos según otros. 
Se pregunta porqué Anibal, el hermano mayorsiempre tan atento, fue expulsado de la escuela.
No comprende la agresividad de Kepa y quisierasaber quiénes son esos jóvenes indeseables con los que sale.
Ni porqué Aitor, el reservado que vivíareplegado en su habitación con sus libros, termina también él por salir de susbisagras, verbal y físicamente.

¿O porqué su madre empezó abeber?

Y cuando su padre vuelve a casapor breves estancias, ¿cuáles son las razones de las disputas que escucha desdesu habitación ?

Como todos los niños, confía suspenas a Buni, su peluche, hasta el día en que lo destruye porque Anibal le dijoque era demasiado pequeña para comprender ciertas cosas.

Tengo ocho años. Soy grande y yano la necesito.”

 

Aconsecuencia de la exclusión de Anibal, Amaia deberá matricularse en la escuelade las monjas que odia (tienen bigote, son malas, cancerígenas, informantes,...),odio que es recíproco.

 

Conel paso del tiempo y de los capítulos, su vocabulario se enriquece, pero demanera poco académica para gran disgusto de las monjas y de su familia. FinalmenteAmaia entendió el significado de algunas palabras, como‘Camello' lo que habíadado lugar a una escena cómica e incómoda, cuando el día de los Reyes, Anibalno había encontrado nada mejor que dibujar huellas de camellos en el suelo.

Amaiasubolió, sin identificarlo, el sentido de ciertas situaciones e intuitivamente dedujoque había secretos de familia que se le ocultaban.

Susopciones de lectura evolucionan también en función de la formación de supersonalidad, desde Alexandre Dumas hasta Vargas Llosa, pasando por Stevenson,Delibes, Marías (que encuentra molesto), y García Márquez, su favorito.

Entra en el instituto donde será delegada de clase, lasprimeras reglas, las confidencias entre amigas, los primeros amores, la primeraborrachera y sus secuelas traumáticas.

Desdela muerte de Anibal y la adicción de la madre al alcohol,la vida en casa es cada vez más difícil. Todosacarician el sueño de alejarse de la casa familiar. Aitor y Amaia irán a proseguir sus estudios a Madrid y Kepa desaparecerá.

Todosestos episodios cuyos detalles no me atrevo a revelar, son contados por Amaiaen sabrosos diálogos - ella tiene la distribución fácil - en perfecta armoníacon la evolución de sus habilidades verbales.
Esto es lo que ocurre con la parte novela deaprendizaje una lectura que no tiene en cuenta los aspectos políticos vascos.

 

Sin embargo, estaba presente, pero de manera difusa, en los cuestionamientos de Amaia y en las reflexiones delas monjas

¿Quiénes son estos barbudos y los colaboradores de su padre, como el misterioso Carlos que ella odia instintivamente? 
¿Por qué la familia teme - los controles depolicía cuando va a Francia?

¿Por qué se le prohíbe pronunciarla palabra‘gudari'[1], cuyo significado desconoce?

Qué significan estas inscripciones en la puerta de su casa: Aquí viven un Camello y un txivato.[2] Camello, así es como se llama Anibal en la escuela secundaria, según Aitory txivato, es lo que estaba escrito en la nota que habían puesto en mi pupitreantes de la clase

Marta [una compañera que ya no lehabla] nunca me ha explicado qué es un Camello. Y cuando hace lapregunta con insistencia, se le dan explicaciones tranquilizadoras.

¿Por qué las monjas susurran cuando hablan de su padre? ¿Y por qué siguen llamándola María? [3]«Cuando la directora hace la llamada y dice María Gorostiaga, no contesto.

- Señorita Gorostiaga, repita

- Le pido que responda cuando le llame.

- No he oído mi nombre

- Y entonces me echa.»

También hay estas llamadas misteriosas, los participantes en el carnaval disfrazados de prisioneros conpancartas en euskera pidiendo amnistía, los coches incendiados.

 

En la segunda parte Amaia havuelto a vivir en un barrio periférico de Bilbao donde vive sola en unabuhardilla sin casi ningún contacto con su madre. Tiene 35 años,está divorciada y ha perdido su trabajo de periodista. Sigue viendo a algunas amigas de la infancia.


Se ha embarcado en el proyecto de escribir unanovela, pero los primeros ensayos no son concluyentes. Una de sus amigas le aconseja entonces tomar comosujeto, su familia, ‘un filón', pero ella se niega, ya que se niega a hablar dela saga vasca.

Sin embargo, seguirá el consejode su amiga.

A partir de este momento, Edurne Portela alternará constantemente dos técnicas: la del narrador interno, Amaiaque se expresa en primera persona, y la de un narrador externo que utiliza latercera persona. 
Este narrador pone a veces en escena a suspadres en situaciones reales o imaginarias cuando Amaia no era más que un bebé, a veces pone en escena a su padre y a su colaborador Carlos en situacionesficticias pero que bien podrían haber sido reales.


Para Amaia, la escritura de esta novela tieneuna función terapéutica. De manera desordenada la imaginación interfiere con la memoria, el presente con recuerdosdel pasado: «Escribo, escribo. No hay nada más que pueda hacer. Escribo, y sueño con lo que he escrito, para que no sepa si está en miimaginación o en mi memoria. A vecesson pesadillas las que me despiertan. Vuelvoa tener miedo por la noche. Escribo escenas en el desorden... No hago nada más que escribir.El teléfono estáapagado y la conexión a Internet desconectada. El mundo está ahí fuera. Que se quede allí. »

 

Si en la primera parte el problema vasco era entendido de manera difusa a través de la mirada cándida deAmaia, en la segunda parte, las alusiones al problema vasco son más frecuentesy precisas, tanto en sus discusiones con su amiga (la evocación de situacion es reales: manifestaciones callejeras, reivindicaciones en favor de los prisioneros, asesinato de un inspector de policía... ) que en la novela que escribe (evocación de circunstancias reales: visitas a la cárcel de Cádiz donde Kepaestá detenido, escenas de tortura en el tristemente célebre cuartel deIntxaurrondo[4].... o ficticias, cuando imagina que su padre asistía a escenasde tortura similares cuando estaba en Argentina (¿realmente o en la imaginaciónde Amaia?

Finalmente, Amaia nunca sabrá exactamente quién era su padre, un hombre versátil que a veces podía ser unpadre atento y de repente violento. Su relación con él será hasta el finaluna relación amor/odio con momentos felices de compartir seguidos, a veces demanera inesperada, de escenas de violencia.
Terminada la lectura, el lector comprende que elcorto prólogo enigmático ponía de relieve esa relación amor/odio que mantenían Amaia y su padre.

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